jueves, 27 de junio de 2013

Crónicas Guatemaltecas: Mi Camino a Santiago Atitlan. 2ª etapa.



Mi Camino a Santiago Atitlan. 


 Crónicas Guatemaltecas


La Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de los Caballeros de Goathemala.


La segunda “etapa” de este Camino a Santiago de Atitlan, es pasar por la turística ciudad de La Antigua. 
El mismo nombre primitivo obliga a hacer etapa en esta villa.

Con el nombre actual de La Antigua, se encuentra esta hermosa ciudad, a unos 1500 m.s.n.m. 
 El 25 de julio de 1524, don Pedro de Alvarado funda la primera capital del Reino de Guatemala, hasta el traslado de la capitalidad en 1777, a causa del fuerte terremoto de Santa Marta que destruyo la villa en 1773, a la nueva ciudad de Guatemala. 
 



















 Es desde 1979 declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, y se encuentra esta antigua ciudad al píe del siempre omnipresente volcán de Agua, de 3763 metros de altura, y que domina toda la región, y de los Volcanes de Fuego, de 3860 m. y Acatenango, de 3880 m., así como algo más alejado, el Pacaya, de 2550 m., que en mayo del pasado 2009 entro en erupción por última vez, causando la muerte de un periodista que cubría la información.


miércoles, 26 de junio de 2013

El señor Rovira y Don Perdón : El TRISTE DESENLACE de DON PERDON.


El TRISTE DESENLACE de DON PERDON.


Don Manuel llego jadeante a la plaza. No había apenas recorrido cien metros y se ahogaba. 
Le dolían las piernas, la cabeza y el alma. Busco un lugar para descansar, apartado de todos, y vio el banco de piedra vacío. Bueno, vacío, aparte del Sr. Rovira, que allí estaba él sentado como siempre.




Hundido, se sentó, mejor dicho, se dejó caer en el banco. El día había empezado a nublarse y el cielo gris parecía acompañar la negrura del Sr. Manolo. Y empezó a llorar. Se sintió culpable de lo que había pasado. 
Nunca supo atender a su esposa, y siempre le había ofrecido una vida pobre y rutinaria. No quería aceptar la infidelidad de su esposa, pero entendía sus razones. Y entre lagrimas, solo podía pronunciar, “Perdón, perdón, perdón”.
Noto entonces un roce justo en su hombro izquierdo. Miro hacia este lado y observo al Sr. Rovira que continuaba en su posición, pero le pareció que de reojo le observaba, como instándole a abrir sus preocupaciones y cuitas.

martes, 25 de junio de 2013

El señor Rovira y Don Perdón. LA DESGRACIADA VIDA de DON PERDON.


(sigue del anterior)

La desgraciada vida de Don Perdón.



El Sr. Don Manuel Cantalejo Miravilla, Manolo para los pocos amigos que tenía, que de tan pocos apenas nadie le llamaba Manolo, era, eso si, conocido en el barrio como Don Perdón. Y no es por que fuera perdonando la vida a todos, si no al contrario, por su carácter pusilánime y apocado, que le hacía decir a todo, y en todas circunstancias, y como fin de cada frase, “perdón”.
Caminaba por la acera, y si alguien venia por de frente, se apartaba rápidamente, diciendo “perdón”. En el bus, alguien le empujaba o le pisaba, y era él que tímidamente pedía perdón. No era que sintiera la necesidad de pedirlo, era su timidez a enfrontarse a cualquier situación difícil para él. Y todas eran difíciles para él.
Tímido y de pocas palabras, cada día, puntualmente a las seis de la mañana, se despertaba antes que sonara el despertador, para no molestar a su señora, la señora Carmen, curiosamente una hermosa mujer, ya entrada en años, como él, pero conservando la frescura, nunca mejor dicho, de la juventud. Y si notaba que ella le miraba disimuladamente, aunque con mala cara, ¡cómo no!, le pedía perdón.

El señor Rovira y Don Perdón. Cuento urbanita.


EL SR. ROVIRA Y DON PERDON

INTRODUCCION

El Sr. Rovira, sentado erguidamente en su banco de la plaza, veía pasar día a día al personal del barrio. Y de tanto verlos pasar ya le eran y así los consideraba, como amigos o por lo menos, conocidos. Y no le faltaba razón a Don Antonio en considerarlos conocidos íntimos, ya que más de uno le había contado sus penas, sus alegrías, sus decepciones o ilusiones, o sus fracasos. Desde el bombero enamorado, que para ver a su enamoramiento, prendió fuego a la casa de su amada, hasta un pobre hombre desesperado, que le contó sus problemas de falta de carácter y de la infidelidad que había descubierto en su esposa, y tras aconsejarlo, claro esta sin palabras, una reacción tan inesperada por parte de aquel pobre diablo, provoco tal cataclismo en el barrio, que durante días no se hablo de otra cosa. Y lo más inquietante, es que no volvió a saber nada de su confidente. Ni del bombero.
Pero lo que le molestaba de verdad eran los que venían a contarle sus vidas y penas en pleno estado etílico, cosa que para su desgracia y decepción, era demasiado habitual.
Pero una cualidad del Sr. Rovira, era que permanecía siempre impasible, correctamente vestido con su terno impecable, el chaleco abotonado al igual que sus botines, perfectamente limpio y aseado, a pesar de alguna maldad ejercida sobre él por algún desalmado, esto si, ajeno al barrio, y sobre todo, ajeno a su plaza. Su plaza, pues así la consideraba, y su banco, de piedra, no demasiado cómodo, pero que le permitía de este modo continuar con su erguida presencia. Escuchaba a todos de la misma manera, atento, pendiente de lo que le contaban, sin inmutarse, dando serenidad y confianza al narrarte de turno, y normalmente, satisfacción. Lo notaba por el gesto cariñoso que le ofrecían al terminar con sus cuitas, acariciándole la perilla. No es que le gustara, pero aceptaba el manoseo como algo amistoso. Además, ¿como podría quejarse, si acababan de confiar en él, contándole sus ansias y necesidades?

viernes, 21 de junio de 2013



1ª Etapa: Mi Camino a Santiago Atitlan.


Crónicas Guatemaltecas  
 

        Ciudad de Guatemala. (La Nueva                           Guatemala de la Asunción)



Considerando su área metropolitana, alcanza los 2.700.000 de habitantes, lo que la convierte en la aglomeración urbana mas grande y superpoblada de Guatemala y América Central.
La ciudad está localizada en un valle, a una altura media de 1590 metros sobre el nivel del mar, en el área sur central del país, lo que a veces puede causar que la contaminación del aire se concentre en la ciudad, a pesar de la gran cantidad de áreas verdes con que cuenta.
Debido a su altura sobre el nivel del mar, (no hay ciudad en España a esta altura, la más alta es Ávila con 1130 metros s.n.m., y León esta a 1000 metros menos de altura de Guatemala) la aclimatización se hace necesaria en algunos casos, produciendo durante los primeros días una fatiga mayor de lo normal, y en ocasiones una cierta somnolencia y dolor de cabeza.”
(Nota: Los textos están escritos en el año 2010. Aunque solo hace tres años, espero y deseo que los puntos de queja se hayan la superados.)

miércoles, 19 de junio de 2013

MI CAMINO A SANTIAGO de ATITLAN. CRONICAS GUATEMALTECAS.



 Crónicas Guatemaltecas
Mi Camino a Santiago Atitlan.



Preámbulo.

19-12-2010
 
En Diciembre del 2010 viajé a Guatemala para pasar las Navidades junto mi hijo, mi nuera y mi nieto Guillem. En aquellas fechas, un proyecto de futuro por parte de mi hijo estaba en marcha.
Aquel proyecto no se materializo, pero queda en aquel hermoso país centroamericano parte de mi ser.




Aprovechando la circunstancia del viaje, me planteé hacer un Camino particular a Santiago de Atitlan, con la idea de llegar a esta villa santiaguera como si de un peregrinaje se tratara, con todas las diferencias existentes entre nuestro Camino y este que iba a iniciar.

¿Peregrinos, o Camineros...?


¿PEREGRINO... o CAMINERO?


PEREGRINO
(De la REAL ACADEMIA DE LA LENGUA)
1. adj. Dicho de una persona: Que anda por tierras extrañas.
2. adj. Dicho de una persona: Que por devoción o por voto va a visitar un santuario, especialmente si lleva el bordón y la esclavina.


¿PEREGRINO... o CAMINERO?

El peregrino es un viajero que visita algún lugar sagrado, casi siempre por motivos religiosos.
Durante la Edad Media cristiana se distinguían tres clases de peregrinos:
  1. Romeros : aquellos que iban a Roma.
  2. Palmeros : aquellos que iban a Jerusalem.
  3. Peregrinos : aquellos que iban a Santiago de Compostela.

YO MISMO

YO MISMO
DESCANSO EN EL CAMINO