Crónicas
Guatemaltecas
(2ª)
5ª
Etapa y FIN DEL CAMINO a SANTIAGO de ATITLAN.
Salgo ya de la Iglesia de Santiago, y me dirijo a la rectoría,
para hacer la correspondiente presentación y sellado de la
credencial con el párroco.
En
el pequeño despacho parroquial, como en todos los que me he
encontrado, lleno de fieles a la espera del cura, y exponiendo mi
deseo de sellado, espero a que se me llame.
Al
momento aparece Don Maynor Manuel, vicario de Santiago de Atitlán,
joven cura guatemalteco, que me atiende amablemente, pero con la
necesidad de tiempo ya que están preparando para la tarde una
vigilia dedicada al Santo Sagrario, en la plaza misma de la
parroquia, y aún tienen que engalanar la plaza y parroquia.
Me
invita a que asista a la misa antes de la vigilia, y hablando unos
minutos sobre mi camino, y ya con una duda en su rostro me pregunta:
“Armand,
¿no estabas tú de hospitalero este pasado Agosto en Santo Domingo
de la Calzada….?”
Oír
esta pregunta a 10.000 kilómetros de España, al otro lado del
Océano, en un país apenas conocido, me produce un “shock”
emocional y de sorpresa que me aturde.
Don
Maynor Manuel, el joven cura de Atitlán, estuvo el pasado Agosto en
Santo Domingo de la Calzada, acompañando a Don Luis, párroco de
Quetzaltenango, un cura español de La Rioja, que visitó el Albergue
de la Cofradía del Santo y que acompañado por los priores de la
cofradía, a los que le unía amistad, visito las instalaciones del
albergue y al saber yo de su procedencia de Guatemala, salude y le
hable del reciente traslado de mi hijo a aquel país, prometiéndole
que le visitaría en mi previsto viaje, cosa que al no pasar por esta
población, que queda fuera de mi ruta, había dejado de hacer.